sábado, 9 de noviembre de 2013

LA NEGATIVIDAD Y DIVISIÓN DE UN NÚCLEO DE PERSONAS:

 En algunas ocasiones,las personas nos enfrentamos a la adversidad,experimentando con mucha fuerza la negatividad u oscuridad de la existencia.Es ahí,donde se templan las almas,consciencias y voluntades,en el fuego de las dificultades,que pululan por derrotar tu paz mental,el amor incondicional y la alegría continua de vivir,personal y plena.Es entonces,cuando nuestra voz interior y moral debe estar,más firme,despierte y fuerte,lo suficiente como para poner en práctica las decisiones más adecuadas,como para tolerar,pese a los obstáculos,la manifestaciones del desequilibrio ambiental del grupo y consiguente desarmonía interna de sus miembros,con sabiduría e inteligencia,con paciencia,perseverancia,con mucho amor a uno mismo y el prójimo.De este modo,no debemos amilanarnos frente a los problemas y malos ratos,expresados en la división del grupo,que te rodea o constituye tu entorno,sino más bién,meditar,orar y emprender las acciones más certeras,como para evitar,la total segregación,que muchas veces,se debe al excesivo énfasis en lo material,los fracasos o frustraciones personales,en donde se agrega la consciencia dormida o escasa,de parte de todos o algunos de sus miembros.Si existe espiritualidad,en uno o más de sus componentes,las  particiones,momentos de desagradables de incomprensión e intransigencia,asi como los pleitos,serán duras pruebas y lecciones,que en tu camino debes vivenciar,para mejorar,aún más,en plano personal y espiritual.La fe,la esperanza y el amor,constituyen las bases primordiales,para enfrentar  y resolver,en el universo de la compasión por el prójimo,que cuando es verdadera y ejercida en el núcleo de la  discordia,las divisiones  desaparecen y se comprende,que son parte de los misteriosos procesos de involución o evolución espiritual de las personas,y que deben experimentar,por designios divinos,para bienestar individual y grupal.De esta manera,la armonía interna personal y espiritual,debe restablecerse y convertirnos en embajadores de paz,amor y alegría,para que la dicha sea un microorganismo que transmita sus beneficios de manera individual y grupal.En un grupo,puede o no haber bienestar material,pero cuando se olvidan,que lo espiritual es lo más importante,y constituye  el fundamento de la existencia del núcleo,especialmente,si se trata de una familia,grupo laboral,de amigos o,simplemente,un espiritual-religioso;se vive un clima de franca beligerancia y egoismo,que fragmenta a las personas,unas de otras,llevándolas a situaciones,a veces,desafortunadas o lamentables,como la desintegración parcial o total de la agrupación.Sólo una actitud positiva,optimista y de realismo pragmático,que se funde en una moralidad sólida,puede contribuir,a terminar con las enemistades entre las personas,llevando a buen puerta las relaciones interpersonales,y que deben fundarse en un espíritu rebosante de misericordia y bondad,de uno o más de sus miembros.¡Namasté!.

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