EL SIGNIFICADO DE LA ADVERSIDAD....:

 
  Resulta muy gratificante,positivo y útil,el hecho,de que existan y experimentemos,en el transcurso de la existencia humana,situaciones de orden negativo,pues,por lo duras,terribles o amenazantes,que se manifiesten,nos recuerdan la fragilidad extrema,del estado de cosas,seres vivos y personas,que,regularmente,se expresan y nos rodean.
 La única verdad absoluta del universo,es:la impermanencia.Todo está sujeto a cambio,por tanto,lo que hoy experimentamos o creemos poseer,dentro de nuestra ilusoria mente,se puede desvanecer o desaparecer,de nuestra existencia,cuando menos lo pensemos.
  A veces,es necesario y indispensable,la presencia o aparición,de problemas o crisis graves,para que tomemos conciencia,de nuestros errores o la falta de apreciación del regalo de la vida,que nos genera,la rutina y la mecánica de la vida diaria,en familia o sociedad.
  A menudo,no valoramos lo que tenemos,los seres vivos,las personas,que nos rodean o presentan,por algún motivo,dentro la lógica divina,especialmente,aquellas cosas o individuos,que ejercen una presión no-positiva,dentro del microuniverso personal.Ellas y ellos,deberían ser,una fuente abundante,de despertar la luz de conciencia,como un notable incremento,en la misma.Deberíamos aprovecharlas y aprovecharlos,para corregir lo que está mal,valorar más la existencia,del punto de vista pedagógico y lúdico.Para expresar amor universal e incondicional,a nosotros mismos y nuestros semejantes.
  La existencia es el juego de Dios,que busca fusionarnos con Él,es decir,de uncir nuestro microcosmos,con el macrocosmos.Todo lo que vivienciamos o experimentamos externa e internamente,tiene esa finalidad;aunque,muchas veces,no comprendamos su objetivo y no aceptemos,los designios Divinos,como la fuente de toda paz interior y compasión individual-cósmica.
   La partícula Divina,una vez activada,busca la completa auto-rrealización del Ser o la conciencia total del Yo Soy.Para tal empresa,sucederán modificaciones,dentro de nuestra existencia,a menudo,en forma de dificultades o vicisitudes,que buscan,únicamente,transformar nuestra vidas,de un río,a un mar de dicha y libertad de espíritu.
 ¡Namasté!.