LA SOLIDARIDAD A LOS SEMEJANTES...:

  En los momentos,que,¡ojalá,fueran eternos de paz consciente!,es cuando vivimos y experimentamos el gozo de existir y de desear compartir,esa misma alegría,con los semejantes,pero,sin embargo,debemos tener presente,que cada ser vivo o persona es una realidad diferente,y en algunos instantes,pueden mal interpretar o confundir,las intenciones y acciones hacia él.Cada persona,animal o vegetal,es un mundo distinto,al cual, debemos respetar y cuidar,por su naturaleza intrínsica,de ser vivo,poseedor de  un alma espiritual,que es un hermano y el todo,expresado de manera particular y concreta.Cada ser tiene una historia inmemorial,que pasa de existencia en existencia,de cuerpo en cuerpo,para evolucionar,lo suficiente,como para liberarse del mundo ilusorio,la ley de la causa y efecto,la rueda del nacer y morir;convirtiéndose en un ente,plenamente,dichoso,fusionado con el Absoluto,en armonía,eterna,consciente,alejado de las dualidades;más allá de del mundo,ascendiendo en sus mundos internos,transmutando en la existencia.
 De este modo,debemos tener presente,que ayudar a alguien,contra su voluntad,es una empresa válida,cuando el ser vivo está en peligro vital o severo.Si acuden a tu solidaridad,bríndasela,pero recordando,que no debemos terminar dañados,en la muestra de nuestra compasión.Debemos respetar la evolución o involución,de la consciencia de cada cual y evitar,que nos haga retroceder en el camino o caer de la bicicleta de la vida.Si los semejantes,no quieren tu ayuda,¡no insistas!,porque serás rechazado y tu ayuda,se tornará en una imposición hacia el cambio,será mal considerada,infructífera y no respetará los procesos vivenciales,a los cuales,los seres espirituales estamos sujetos.¡Namasté!.